lunes, 21 de septiembre de 2015

BALONCESTO

Se podría decir que le debo la vida al baloncesto.

Mi madre, ganadora de 13 copas de Europa en este deporte estaba representando a Madrid en unos juegos universitarios en Sevilla cuando conoció a mi padre, que acudía a los mismos juegos en representación de Canarias y fruto de ese encuentro extradeportivo formaron su propio equipo de basket formado por sus 5 hijos.

Tanto yo como mis hermanos hemos intentado seguir los pasos atléticos de nuestro laureados padres con mayor o menor fortuna, en mi caso la escasez de estatura ( a pesar de mi 1,69) entre otras cosas me alejó de las canastas, a pesar de haberlo intentado durante toda mi vida escolar, sin demasiado éxito por mi parte, todo hay que decirlo...

Es lógico que el deporte de los rebotes despierte todas mis simpatías, y disfrute con la demostración de casta, fuerza, orgullo patrio que ha derrochado nuestra selección en suelo francés para obtener este tercer oro continental, capitaneada por ese monstruo del balón,  de quien viéndole emocionarse hasta la lágrima oyendo el himno patrio sobran todas las ridiculeces que se han estado diciendo estos días sobre su condición o no de español.

Pocos deportes son capaces de despertar tal emoción en los minutos finales, de cambiar un partido en minutos, de mantenerte en tensión durante todo el encuentro, y de ser tan necesarias las tácticas y la figura del entrenador.

 Olé por nuestra selección y nos vemos en Río¡

No hay comentarios:

Publicar un comentario