Aunque nos encante reunirnos y contar que somos como Indiana Jones y lo que nos gusta es ir todo el día detrás del Arca perdida y que nuestra vida es un tiovivo de novedades e incógnitas lo cierto es que lo desconocido nos intimida, las novedades al segundo día se hacen pesadas y las aventuras vistas en el cine comiendo palomitas están muy bien, pero para el día a día necesitamos y buscamos tranquilidad.
Nos gusta la rutina, aunque a veces la repudiemos, necesitemos saltárnosla a menudo y sentirnos Lara Croft sin un destino definido en el fondo agradecemos tener unos horarios establecidos, una pautas diarias, en definitiva, una estabilidad
Y la vuelta a la rutina para los padres supone la vuelta al cole de la jauría infantil. Tras dos meses y medio de caos logístico, en el que los horarios se descomponen, las reglas se difuminan y la vida gira en torno a ver que diablos haces con tantas horas libres de ellos y tan pocas tuyas el hecho de dejarles a las 9 de la mañana de nuevo en sus clases, con el uniforme nuevo, los zapatos relucientes y el pelo peinado ( en mi caso me conmueve especialmente esta imagen ya que es la única vez al año que disfruto de semejante estampa) y saber que hasta las 5 están controlados y retenidos es como si te tocara la lotería.
Bendita rutina¡¡¡¡
No hay comentarios:
Publicar un comentario