lunes, 1 de abril de 2013

BIENVENIDA A HOLANDA


 Hace algún tiempo leí un relato precioso de una madre que había tenido un hijo especial. Partimos de la base de que cada hijo es especial, pero algunos son especialmente especiales.. Era una forma tan bonita de encarar las dificultades y los bromas inesperadas del destino que a lo largo de mi vida me he acordado de él muchas veces, y lo he aplicado a cada cambio y giro sorprendente   a los  que he tenido que enfrentarme.

" Cuando te enteras que estás embarazada es como si compraras unos billetes para Italia, entonces empiezas a organizar ilusionada tu viaje,  compras guias de lo que vas a ver, aprendes algunas palabras en el idioma, planeas excursiones.. entonces coges ilusionada el avión y al aterrizar la azafata te dice
-" Bienvenida a Holanda"¡¡
-"¿ Cómo que Holanda?" - Preguntas confundida,- "Si yo compre un billete para Italia, me he preparado para ir a Italia y es alli dónde quiero ir¡¡¡"

Al principio te resistes a quedarte en Holanda e intentas salir de alli por todos los medios, frustrándote cada vez que compruebas que el avión ya se ha marchado, luego puedes pasarte años lamentándote de lo que  podía ser tu vida en Italia, o descubrir que aunque Holanda no tiene pizzas ni Colisseos tiene tulipanes, tiene molinos, tiene canales..."

A lo largo de la vida todos cogemos aviones que nos llevan a destinos distintos del que esperábamos, yo intento descubrir y quedarme siempre con lo mejor de cada viaje, aunque  al principio me cueste entender el idioma...

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