Recordareis que en julio contaba como la historia del pequeño Mateo me había sensibilizado con la necesidad de hacerme donante de médula, algo que según la propia web era tan fácil como buscar el hospital más cercano a tu lugar de vacaciones y pedir cita para una extracción de sangre.
Sencillo, no?? pues ni corta ni perezosa llamé para pedir cita en le Hospital de Ponferrada, cercano a dónde pasaba la primera semana de mis vacaciones unos diez días antes de emprender el viaje. Ilusa de mi pensaba que llamar a un hospital y decir "Ey, quiero donar!!" era como llamar a un banco y decir "Ey, quiero regalaros 10.000 euros!" y que estarían esperándome con los brazos abiertos tipo bienvenido Mr Marshall.
pero cual sería mi sorpresa cuando del citado hospital me llaman el mismo día que me marchaba para darme cita para noviembre. Ante mi estupefacción la resignada telefonista me contó que debido a los recortes en sanidad sólo les dejaban hacer cuatro extracciones al mes, y que por tanto hasta noviembre nasti de plasti, al contarle mi situación de veraneante ocasional me aconsejó pedir cita en Madrid.
Ya en Madrid, la última semana de agosto llamé al centro de donación ( tras otro pesadísimo episodio de mande un mail, espere que le llamemos, haga el pino y salte a la pata coja si quiere donar...) y consigo cita para hoy ( casi tres meses después de mi decisión y primer intento para donar) día en el que finalmente y gracias a mi olfato detectivesco consigo llegar a mi destino con la aguja ( por supuesto ni un cartel ni media identificación en una sitio tan cómodo y accesible como La Paz)
Mientras me sacaban finalmente la muestra sanguínea le cuento mi periplo a la enfermera, quien igual de resignada que la telefonista me dice que el proceso de compatibilización es costoso, y dado la situación de recortes actual solo les dejan enviar tres muestras al día ( a la Paz¡¡¡¡¡)
Sinceramente, si la vida de mi hijo dependiera de una donación, y tras pasar por esta maratón para conseguir donar me desayuno con el despilfarro millonario que nos ha supuesto esta tercera intentona de Madrid Olímpico, desplazando a 200 personas una semana a un hotel de Buenos Aires de 5 estrellas, por decir algo, la recortada la iba a coger yo pero en serio, y el café con leche se lo iba a meter a la señá alcaldesa por donde amargan los pepinos, con todos mis respetos.
A ver si empezamos a gastar el dinero donde hace falta. Por mi que no quede.
No hay comentarios:
Publicar un comentario