A veces es necesario irse, sabiendo que se puede volver...
Cuando lo que antes era una ilusión comienza a convertirse en una tediosa obligación, las escusas se acumulan para justificar que ya ni te apetece gastar 5 minutos de tu preciado tiempo en aquello con lo que antaño disfrutabas horas y horas y lo que antes te dibujaba una sonrisa en la cara termina por ser una mueca grotesca sabes que es el momento de echar el freno de mano y plantearte que quizá es el momento de marcharse.
Irse para reflexionar desde la distancia, para valorar que motivos han llevado del éxtasis al tedio, para echar de menos( siempre es mejor que te echen de menos a que te echen de mas) y para sentir la necesidad de volver.
Y lo bonito de volver cuando te has marchado es que la vuelta implica que de verdad te importa, que valorándolo todo desde la racionalidad del distanciamiento voluntario los pros son mucho mas abrumadores que los contras los recuerdos vuelven a ser luminosos y las sonrisas se vuelven a dibujar en tu cara.
A veces es necesario irse...
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