Mi casa siempre ha sido un zoo ( y no solo por mi y mis hermanos) así que recuerde sin esforzarme demasiado hemos tenido perros, conejos, erizos, pollitos, pájaros de todo tipo( canarios, periquitos, aguiluchos..) peces varios ( aunque mi madre se esforzaba por hacerme creer que era el mismo para evitarme el disgusto de aceptar que mi querido pececillo naranja se moría unas dos veces todas las semanas...) de todo menos el caballo que yo pedía insistentemente todas las navidades...
A medida que iba creciendo mi amor hacia los animales se ha multiplicado exponencialmente, hasta el punto de que con frecuencia me siento más a gusto con ellos que con gran cantidad de humanos, siendo en la actualidad mi hogar compartido por representantes de la especia canina y gatuna en una inestable armonía que llena de pelos mis sofás.
La convivencia con gatos era desconocida para mí, y debo manifestar que ha sido una agradable sorpresa, tienen muy mala fama estos bichejos ( está científicamente comprobado que una de cada dos personas que viene a mi casa manifiesta una alergia hacia ellos o un odio visceral sin fundamento racional aparente) y sin embargo son unos animales extremadamente respetuosos ( si tu no les tocas las narices ellos te ignoran, directamente) independientes y limpios.
Por su parte ¿ Que decir de los perros? quien haya convivido con alguno de ellos entenderá el sentido de esa conocida frase de que son los mejores amigos del hombre, leales, serviles, incondicionales, y con una sensibilidad y un sexto sentido para detectar malas vibraciones inalcanzable para el cerebro humano... Yo tiendo a desconfiar de aquellas personas a las que no les gustan los perros, o a las que Bruno gruñe cuando se las cruza, avisándome de que no es trigo limpio y sin embargo me relajo con aquellas a las que se acerca moviendo el rabo y se deja acariciar sumiso mientras me mira y me dice con la limpieza de su mirada "con este sí, no hay problema" y difícilmente se equivoca
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