SEGUIR SOÑANDO
Escribía la semana pasada Nuria Chinchilla en su blog ( gran mujer comprometida hasta la médula con ese encaje de bolillos que supone conciliación familiar y laboral) que nos encontramos inmersos en una crisis de magnanimidad entendida esta cómo la virtud por la cual se aspiran a grandes cosas y se llevan a cabo a pesar de las dificultades.
Yo iría más allá, diría que nos encontramos inmersos en una crisis de sueños.
Es como si estuviésemos protagonizando una nueva versión de " La historia Interminable" en la que la "nada" que se abre paso borrando cualquier vestigio del pais de fantasía y la imaginación y se hubiese transformado en una mezcla de tristeza y desilusión que cada vez con mayor frecuencia inunda este pais de la realidad, y no sé yo si habrá un Atreyu capaz de lidiar con eso.
Las consultas de los psicólogos y los psiquiatras están atestadas, y los antidepresivos se recetan y consumen como pastillas para la tos, el optimismo parece que decrece en proporción directa al aumento de la cola del Inem.
" El mundo está falto de niños y de poetas" es una frase que se me quedó grabada en la infancia, y añadiría " y de soñadores" ahora más que nunca nos hace falta soñar.. los seres humanos tenemos esa capacidad única en el mundo animal de poder imaginar, poder ilusionarnos, creer que podemos y con la fuerza de esa creencia llegar a conseguir los retos que nos propongamos.
Podrán quitarmelo todo, pero nunca me quitarán mis sueños
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