AQUELLOS MARAVILLOSOS AÑOS

 A mi madre le ha dado por escanear las viejas fotos de cuando éramos pequeños.

Dentro del aluvión de instántaneas con las que nos está llenando el mail estás últimas semanas se amontonan desde fotográfias en las que aparece un bebé rollizo,que me juran y perjuran que soy yo ( y podría ser hasta mi vecina de al lado en faldones) , hasta las típicas fotos de verano en el chalet de los abuelos en la playa con todos mis hermanos, primos y demás fauna, subiéndonos a los árboles, jugando a los dardos ( virgen santa que insconsciencia por parte nuestros padres¡ seguro que hoy ya hay alguna ley que prohibe dejar objetos punzantes a menores de 10 años...)

Se nos ve felices, y en el fondo no puedes dejar de sentir una punzada nostálgica al observarlas, y no porque la vida no haya sido extremadamente bondadosa conmiga y no sea feliz, que lo soy y y mucho, sino porque el brillo de nuestros ojos aquellos veranos con 7,8,9 años ya ha desaparecido, la vida te malea, inevitablemente pierdes esa expresión que solo tenemos mientras vivimos nuestra infancia como la vivimos nosotros, cuando la única preocupación que tienes es que tu hermano no te robe el bocadillo de chocolate mientras andas haciendo el indio.

Nostalgia por aquellos veranos en los que estábamos en la calle desde que salía el sol hasta que se ponía, en los que la tele ni existía para nosotros ( salvo la hora de Verano Azul) en los que no nos hacia falta ni un duro para pasar el mejor día de tu vida poniendola en riesgo varias veces a la hora., en los que todas nuestras incertidumbre de futuro era esperar el tiempo necesario para hacer la digestión... Esos veranos en los que fuimos completamente felices, y ni si siquiera lo sabiamos....