UNA Y NO MAS
El viernes sufrí un intento de asesinato.
Tenía que pasar... tarde o temprano... es lo que ocurre siendo tan fíbica y fóbica, los sentimientos suelen ser reciprocos, e imagino que la mayoria de las personas a las que les clavaria gustosa un par de chinchetas en el trasero verterían con agrado arsénico en mi gin tonic.
O eso o la Agencia Estatal de Sanidad debe sin duda ponerse laboratorio portátil en mano a analizar el alcohol que se sirve en la mayoría de los garitos madrileños, porque si un estómago acostumbrado a beberse el agua de las macetas desde hace mas de dos decenios y seguir tan pancho reacciona como reaccionó el pasado viernes ante UNA copa no quiero ni pensar lo que puede pasar en un prepuber no acostumbrado... ¡un serio problema de salud pública¡
Queridos amigos, no es la edad lo que me aleja cada vez más del circuito de antros nocturnos, es que un sádico pretende envenenarme cada vez que me pido una copa, y por desgracia se repite con frecuencia en casi todos los locales, independientemente del precio de la ginebra, de la tónica o de los accesorios varios que acompañan a la misma ( leáse limón, regaliz, pimienta, petalos de rosas, pepino o cascaras de plátano...) ¿ sabeis que os digo? que seguiré bebiendomelas en casita...
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