Y lo cierto es que mirándolo bien diría que hasta me gusta trabajar en Agosto ( juro que no tengo fiebre y estoy en pleno uso de mis facultades mentales, o eso creo...)
Para empezar puedo levantarme hasta media hora más tarde, tomarme el desayuno relajadamente sin el estrés de buscar el zapato del colegio de una de las fieras que se comió el perro la tarde anterior, la camiseta de deporte del otro que dejó hecha un higo en la cartera el martes pasado, la pelota de hilo espacial rojo bermellón que tiene que llevar el pequeño y que por supuesto me acabo de enterar que debía haberla comprado hacia un mes...
Después relajada y desayunada tardo 15 minutos en llegar a la oficina, en lugar de los tres cuartos de hora habituales entre pitidos, atascos, caras de agobio, autobuses escolares parando en cualquier sitio, y eso, oye, te deja ya una sonrisa en la cara que dura todo el día...
Ya una vez en mi mesa el ritmo es totalmente distinto.. si además se conjugan ya los astros y la mayoría de mis compis están de vacaciones la situación ya es parecida a un spa, sin llamadas histéricas porque algún cliente ha recibido una notificación del Ayuntamiento y tienes que contestarla ese día si o si, sin regalitos del juzgado que te amargan lo que queda de mes, o de año según el tamaño de la sorpresita, sin visitas no planeadas justo cuando pensabas irte a comer, sin reuniones incendiarias... vamos, que puedes permitirte el lujo de pasarte la mañana leyendo el periódico o incluso escribiendo en tu blog...
Pensándolo bien creo que a partir de ahora voy a cogerme las vacaciones en enero.. aunque haga frio, que para algo veraneo en Canarias¡¡¡¡¡
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