Por desgracia en la situación actual en la que nos hayamos inmersos si tienes más de 45 años, y un sueldo por encima de 60 mil al año tienes un alto índice de probabilidad de que de un momento a otro tu querida empresa te ponga de patitas en la calle, con todos los beneplácitos legales y en tu puesto contraten a un chavalín al que pagaran seguramente la mitad que a ti y que se deje explotar con mucha más satisfacción que tú, posiblemente el trabajo que realice será mucho peor que el tuyo, pero ¿ A quien le importa eso?
En mi urbanización es fácil reconocer a las víctimas de esta liberalización del desempleo: Comienzas a verlas todos los días llevando y recogiendo a los niños del colegio, se paran a hablar contigo cuando antes solo veías humo saliendo de sus zapatos e inevitablemente con el tiempo aparece el chándal.
Siempre he considerado que por sus chándales les conoceréis:
En primer lugar tenemos aquellos que te dicen " Yo en mi vida he tenido un chándal" ( esta frase habitualmente suele ser difícil de comprender dado que el grado de pijerio y snobismo del sujeto acostumbra a superar los niveles tolerables), obviamente para estas personas la palabra "deporte" está fuera de su vocabulario ( bueno, algunos juegan al golf o esquían o montan a caballo, sin necesidad de usar la temida prenda... o si juegan al tenis o al padel te aparecen en bañador y polo Ralph Lauren y zapatillas último modelo recién salidas de su caja)
En el lado opuesto nos encontramos con los chandaleros profesionales, esos que se lo plantan por la mañana y alé, al cole, a la compra, al bar y seguramente hasta a la cama.. dentro de este grupo nos encontramos con distintos niveles: los chandaleros de marca, que cada temporada renuevan su equipo y van a la última ( son el top dentro del chandalismo), y el chandalero que lleva con la felpa de LACOSTA con al imagen del cocodrilo tomando el sol desde los 15 años... y lo más curioso de todo es que también resulta bastante difícil encontrar a un chandalero profesional haciendo deporte...
Por último están los que usan el chándal exclusivamente para hacer deporte, que sí, que sí, os juro que estos existimos...
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