LOS PIJOS TAMBIEN LLORAN

 Conozco a Fernando Candela desde hace 25 años. No sé en que momento a lo largo de nuestro intenso caminar supe que le terminaría viendo encima de un escenario, supongo que al igual que supe que yo iba a ser abogado, es algo que se percibe e interioriza sin saber como... pero la sensación el martes pasado esperando en la puerta de un teatro de la  Gran Vía el Broadway madrileño, rodeada de toda su gente no era de los nervios que se respiraban entre sus allegados ante el deseado estreno, sino la culminación de algo natural...

Y es que cuando llevas años observando como alguien es capaz de hacer salir a la gente del funeral de su padre como si hubieran ido a un espectáculo de Leo Harlem,o viendo como los invitados se dan literalmente codazos para sentarse a su lado en una boda, independientemente de su condición social, porque el humor de Fernando entretiene a pijos, a heavies, a raperos o asistentas, a abogados o a porteros de discoteca llega un momento que comprendes que al igual que el destino del río es terminar por llegar al mar el destino de tu amigo es subirse a  las tablas de un teatro y hacer lo que lleva haciendo toda la vida: Entretener

Fernando es un showman nato, sólo él es capaz de convertir en anécdota cualquier pequeño suceso, y a pesar de haberlo oído millones de veces que cada vez que lo oyes de sus labios consiga de nuevo arrancarte carcajadas, con ese humor elegante y educado, es imposible que salga de una fiesta sin haber sido el centro de atención y el rey indiscutible del sarao, levantando admiración y envidias a partes iguales.

Fernando es incapaz de dar pena, aunque su vida sea un culebrón salpicada de las más variopintas escenas de tragicomedia él se las compone y recompone para encontrar el lado divertido de cualquier desgracia, de forma que hasta las mayores tragedias adquieren tintes cómicos si es él quien las cuenta.

Por eso mismo sé que tú espectáculo será un éxito, porque no tienes que fingir ni actuar para ser gracioso, para divertir, porque sólo con que seas tu mismo y te subas cada martes a ese escenario la gente saldrá con la felicidad de haber pasado un rato inolvidable, entre risas y carcajadas. Como has hecho siempre.