viernes, 27 de marzo de 2015

REPUGNANTE

 Asco me da todo lo que  estoy leyendo últimamente en relación con al tragedia de los Alpes.

Vómitos me produce la carroña periodística que aprovecha la sensibilidad de los seres humanos que nos sentimos conmovidos por el fallecimiento de 150 personas, 150 ilusiones y vidas estampadas contra una montaña de forma incomprensible para las mentes racionales.

Me resulta inconcebible que nadie decida quitarse la vida, pero mucho menos que decida hacerlo llevándose por delante 150 almas, supongo que  efectivamente el cerebro humano es ese laberinto desconocido, y así lo manifiestan todos los neurólogos y psiquiatras con los que hables... nadie sabe lo que  un ser humana es capaz de hacer en un momento determinado en el que simplemente "se cruza un cable" tenemos millones de ejemplos, por desgracia de personas "normales" que en un momento determinado cogen un cuchillo y se cepillan a toda una planta de un hospital, o y una metralleta y fusilan a toda su clase, si realmente fuera tan sencillo descubrir y adelantarnos a estos comportamientos no se darían esas tragedias con esta facilidad.

Desde mi conocimiento del mundo aeronáutico me repugna que se transmita determinada información, vendernos a Andrea Lubitz como un deprimido con un historial psiquiátrico a la altura de Aníbal Lecter es simplemente falso y repulsivo, los pilotos son, casi con certeza los trabajadores que a mayores controles se someten, pruebas físicas y psicológicas para evitar este tipo de catástrofes, porque cada día se ponen en sus manos cientos de vidas, intentar convencernos de que una compañía aérea tenia pilotando sus aviones a un desequilibrado diagnosticado es simplemente querer añadir leña a un fuego que por desgracia está ya suficientemente alimentado.


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