PRUEBA SUPERADA

 Creo que ya he comentado en alguna otra ocasión que mantengo una relación de amor odio con las Navidades.

Para el día 25 ya estoy absoltumente hasta el moño ( por ser fina y que este sea un blog apto para todos los públicos) de comilonas, trasnochamientos, villancicos, panderetas, brindis, copazos, jamón, turrón y polvorón, y sin embargo llega el día 7 de Enero y no puedo evitar una punzada nostálgica al guardar el abeto postizo que lleva presidiendo mi salón desde hace un mes con sus alegres lucecitas y saber que permanecerá en el garaje acumulando polvo 11 meses...

Y quizá el culpable de ello sea el día de Reyes.. quien ideó las navidades lo hizo con mucha cabeza... terminan con la traca final, como si de una buena mascletá se tratasen, con  el triunfo de la magia y la ilusión, vale la pena todas las navidades por disfrutar del día de Reyes...

Es cierto que a veces he estado tentada a cambiar la entrega de regalos a la noche del 24, objetivamente los niños tienen todas las fiestas para disfrutar de sus estrenados presentes, pero creo que celebrar con el barrigón barbudo esta mágica noche hace que el día 26 quieras ya estrangularte con el espumillón del árbol.

Afortunadamente me enseñaron a vivir con toda la ilusión del mundo la noche de la epifanía,no me he perdido ni un solo año la cabalgata de Madrid ( con dos ovarios, si señor ) con escalera, con taburetes, con tres niños y si hace falta el año que viene hasta con perro, y esta emoción la ha heredado mi prole, que en los umbrales de la adolescencia se aferran como pueden a la creencia casi ilusiora de sus mágicas majestades, siempre que les dejen, porque ya empiezan los chivatos tocanaricesrompeilusiones a los que espero que les hayan llenado de carbon el salón y la bocaza.

POr todo ello al guardar los adornos que anuncian la vuelta al normalidad, al régimen obligatorio recuperaexcesos, a los propósitos que ya he incumplido antes de formularlos espero ya ilusionada las navidades que vienen.