viernes, 8 de noviembre de 2013
TODO LO QUE HEMOS PERMITIDO
El libro me lo recomendó una persona cuyas ideas políticas acostumbran a estar en las antípodas de las mías, si bien es cierto que con el tiempo ambas hemos acercado posiciones,( la edad al final hace que reconsideremos nuestras posturas mas irracionales) quizá por eso, (o a pesar de ello) la respeto mucho en el plano intelectual y sus recomendaciones suelen ser acertadas en un alto número de ocasiones.
Todo lo que era sólido ( del recién estrenado premio príncipe de Asturias de las letras Antonio Muñoz Molina) es un libro imprescindible para cualquier persona que quiera entender desde un punto de vista crítico la situación social y económica que estamos viviendo.
Partiendo de la premisa de "Aquellos polvos vienen estos lodos" el autor intenta explicar que motivos han ocasionado la penosa situación en la que nos hayamos inmersos desde hace unos años.
Debes acercarte a él con espíritu de autocrítica, ese que tanto nos cuesta tener, acostumbrados a lanzar la patata caliente al de enfrente o a señalar desde pequeños como culpables al hermano. Con dedo acusador Muñoz Molina hace una retrospección en los años previos a la crisis, analizando de forma quirúrgica esos días de excesos, de cultura de pelotazo, del todo vale porque va a haber mucho más, sin plantearnos en ningún momento que la gallina de los huevos de oro en algún momento empezaría a darlos de latón.
Repartiendo culpas por partes iguales, de una forma asombrosamente objetiva, para unos y para otros, porque al final no ha habido diferencias de color, todos han terminado haciendo lo mismo, y la culpa última, es mía, y tuya, y suya, porque lo hemos permitido, porque hemos permanecido impasibles ante tanto atropello, tanto sobre B, tanta comisión, tanta recalificación dudosa y aquí sigue sin pasar nada.
Las cárceles vacías de políticos corruptos, de banqueros chorizos, de sinvergüenzas de todo pelaje que se sienten protegidos por una justicia lenta, ciega, sorda y muda, que entran el los juzgados con una cínica sonrisa y su porte altanero con corbatas de Hermes, riéndose en nuestra cara porque todos sabemos que va a seguir sin pasar nada, y nosotros seguimos permitiéndolo....
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